Silencio al atardecer
He estado organizando el día desde el amanecer
para llegar a este punto de encuentro
con el silencio de la tarde.
Los pájaros de septiembre
vagan por encima de la azotea.
Las luces viajeras se besan
entre las hojas de los árboles.
La plata palpitante del mar
ya se ha esfumado.
¡Todo corre veloz!
La vida me arrastra con su torrente.
Pero en esta hora puedo ser yo misma.
Sentada frente a un pan abierto,
esperando a que la primera palabra
se alise y quiera ser escrita.

J. Vivo