No habrá ni un solo momento que perder. 
Sigo adelante comiendo días
al verano y al invierno,
mientras la vida forja a mí alrededor
un anillo azul
haciendo de mi cuerpo un remolino.
Miro al cielo,
las hojas de los árboles ocultan las estrellas.
La casa, ahora duerme.
Me muevo de un lado a otro
y observo la indiferencia de las horas.
Decoro los pensamientos con hechos.
La belleza del amanecer se rompe pronto
y así ha de ser
para que siempre permanezca
su hermosura.
J. Vivo