Serenidad

Cierro los ojos 
y sólo el sonido del mar 
contribuye al momento
cuando el sol dispersa 
sus diamantes de espuma 
sobre las olas. 
La luz está en todas partes.
Las nubes pasan 
y el rugido de las horas
con puro afán
consume la mañana. 
-Los sentidos reposan 
sobre el abismo de lo cotidiano-.
La costumbre,
en todas  sus escalas y matices 
queda hilvanada.
J. Vivo