Horizontes
Un principio se precipita…
Un nuevo pliegue 
sobre el indiferente tapiz de la mañana.
Pequeñas señales repetidas 
encendiendo soles que nunca mueren 
en el desmantelado cielo del mundo.
Gotas de rocío nacen en el momento justo, 
cuando una mirada consentida se esconde
tras las figuras perturbadas de unas vidrieras, 
con todos sus posibles e imposibles.
Perfectas se manifiestan en cada movimiento, 
en cada impulso mueven mil cosas 
bajo mil colores diferentes; 
son instantes de luz cautiva que circula y libera 
un destino soportado bajo las estrellas de cada día.
Sólo es un formidable vértigo mental, 
aquí, tan aquí, tan inmediatamente aquí 
que no se deja atrapar, 
que ama y todo lo comprende, 
es tan sencillo como un soplo de aire sin más.
Un color que arde y a la vez se consume, 
se transforma en la paradoja divina de la existencia. 
En la alegría y la tristeza, 
en la soledad y en la multitud 
de la esperanza y la desesperanza. 
Sólo es gritar de necesidad, 
buscando un fuego 
por todo lo que transita en la dulzura.
Es salir al encuentro de la armonía 
por las abiertas aristas de un río azul, 
y el canto de los guijarros 
que reflejan el brillo de mil átomos. 
Inalterables horizontes 
que nunca son cimas y tampoco son abismos…
J. Vivo