Una vez más, 
septiembre se desmiembra
y los relojes arrojan su aullido 
sobre los pocos sueños
que aun brillan en el cielo. 
Dejaré  una última mirada retenida 
entre el durazno y las magnolias 
del último verano 
para  ofrecerme ebria 
a los brazos del destino.
J. Vivo